Aunque la mayoría de los adultos mayores en Ciudad Juárez acudieron a recibir la vacuna contra el coronavirus, algunos se negaron a recibirla por desconfianza; no hay riesgos, pero es su derecho si deciden rechazarla, dicen autoridades
Karen Cano / La Verdad
Por su edad y la letra inicial de su apellido a Sonia Campos le asignaron el horario de la mañana para recibir la vacuna contra el COVID-19 el pasado 14 de abril, pero no acudió.
La mujer de 67 años rechazó su turno en la primera jornada de vacunación para la población abierta que comenzó con los adultos mayores residentes en Ciudad Juárez, la localidad más afectada por la pandemia en el estado de Chihuahua.
“El problema es que la vacuna era AztraZeneca y pues escuché que en Estados Unidos la suspendieron (por insegura)”, explica la juarense jubilada, quien asegura permanecer prácticamente en el aislamiento como medida de precaución ante el virus que, hasta este 20 de abril, ha provocado 2 mil 984 fallecimientos y 30 mil 415 contagios en Ciudad Juárez, según datos de las autoridades de Salud.
Pero no es la única que decidió no vacunarse contra el coronavirus por temor a sufrir una secuela en su salud. También Óscar Medrano Martínez expone que por desconfianza decidió no acudir por su primera dosis.
“La verdad, no le tengo mucha confianza a la vacuna, porque me he puesto otras como la de la influenza y lo único que pasa es que me afecta mucho más”, dice el hombre de 71 años, que prefiere confinarse para evitar un contagio.
El Gobierno Federal envió a Ciudad Juárez un lote de 114 mil vacunas AstraZeneca provenientes de Estados Unidos con las que esperaba cubrir a la población de más 60 años, durante la jornada que se realizó del 12 al 16 de abril. De esa cantidad, 95 mil 500 dosis fueron aplicadas, de acuerdo con información proporcionada por autoridades federales; del resto de las dosis no utilizadas, Elizabeth Guzmán Argueta, delegada regional de los Programas de Bienestar, asegura que fueron resguardadas para su posterior aplicación.
Los resultados del reciente Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) exhiben que 134 mil 989 personas mayores de 60 años residen en Ciudad Juárez.
Con base a ese dato y la cantidad de dosis aplicadas se estima que más de 39 mil adultos mayores no recibierón la vacuna contra el COVID. Se desconoce cuántos a nivel nacional se quedaron sin acudir o rechazaron la vacunación.
Sin embargo, este martes el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo un exhorto a los adultos mayores, que “por alguna precaución” se están quedando sin aplicarse la vacuna, para que tengan confianza, “estamos seguros que no hay ningún riesgo, ningún peligro”.
Aunque advirtió que “nada se hace por la fuerza, todo es por la razón”. El llamado lo lanzó durante su conferecia de prensa mañanera de este 20 de abril donde el presidente se aplicó la vacuna contra el coronavirus de AztraZeneca.
“Si deciden no aplicarse la vacuna”, dijo López Obrador, “son libres y están en su derecho”.
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En la estrategia nacional de inmunización contra el virus SARS-CoV-2 se han distribuido en el país cinco marcas de vacunas: Pfizer BioNTech, AstraZeneca, SinoVac, la Sputnik V y la CanSino, esta última solo requiere una dosis de aplicación.
A Ciudad Juárez se enviaron AstraZeneca que requiere de dos dosis para inmunizar. La marca alertó a algunas personas como a Sonia, quien asegura le dio desconfianza por las secuelas que puede desencadenar, según ha leído, por lo que decidió esperarse para despúes.
La mujer dice que leyó algunos artículos donde reseñaban el retiro de varios lotes por secuelas o surgimientos de trombosis en algunos países europeos, también que en Estados Unidos se mantiene almacenada porque aún no se aprueba su uso.
Esto último, dice Sonia pesó en su decisión.
“Escuché que en Estados Unidos la suspendieron, que existen problemas con trombos; sé que son unos cuantos, yo sé que es uno entre millones, pero yo no sé si yo vaya a ser uno de esos”, expresa.
Añade que ella padece hipertensión y diabetes, y esa condición de salud la hace más temerosa de padecer reacciones adversas que pudieran incapacitarla, y hacerla perder su independencia en caso de quedar enferma y tener que ser auxiliada por sus hijos.
“Tengo al menos tres amigas que no se pusieron la vacuna por lo mismo y creo que si nos ofrecen otra estaríamos dispuestas; yo estaría interesada sobretodo en la de una sola aplicación”, dice.
A su vez, Óscar Medrano Martínez, de 71 años, dice que de entrada descartó la vacuna porque consideró que todos los puntos estaban lejos de la colonia Bellavista, lugar donde reside, y no quiso arriesgarse a salir a la calle.
“Además, la verdad, no le tengo mucha confianza a la vacuna, porque me he puesto otras como la de la influenza y lo único que pasa es que me afecta mucho más, me da más fuerte la gripa y con mucho dolor de huesos, ya tengo dos años que no me pongo esa por lo mismo”, relata.
A diferencia de Sonia, Óscar considera que no hay un argumento que lo convenza de aplicarse por ahora cualquier vacuna, pues considera que se requiere de un periodo de prueba más largo; además de tener diversos cuestionamientos acerca de la decisión de vacunar primero a los adultos mayores.
“Dicen que los niños y los adultos mayores somos los más vulnerables, ¿por qué no vacunan a los niños?, y luego toda esa gente sin hogar que no se ha enfermado, acá en el centro hay mucho adulto mayor en las calles, ¿a ellos no los van a vacunar?”, cuestiona.
Sobre estas posturas, Wendy Ávila Coronado, subdirectora de Medicina Preventiva y Promoción de la Salud, explica que en el caso de las personas que no se pusieron la vacuna en la pasada jornada, tendrían nuevamente la oportunidad de hacerlo cuando llegara otra de “primeras dosis”.
Indica que aún está pendiente la jornada de “segundas dosis” para adultos mayores y vienen contabilizadas justas para quienes ya tuvieron la primera aplicación.
De acuerdo con la estrategia de vacunación a problación abierta, a finales de mayo se aplicará a maestros en activo en el estado de Chihuahua, luego a las personas de 50 a 59 años.
“Hay que recordar que una persona que recién se vacunó no tiene nada de inmunidad y puede morir y enfermarse”, señala Arturo Valenzuela Zorrilla, director médico de la Secretaría de Salud en la zona norte. Por lo que dijo “no podemos encargarles los nietos a los abuelos recién vacunados ni deshacernos de las medidas preventivas aún”.
El funcionario explica que la vacuna es efectiva hasta después de tres semanas de su aplicación, que la máxima inmunización se da hasta tres semanas después de la segunda dosis; y que esta es de apenas el 76 o 78 por ciento.
“O sea que hay un 20 por ciento de riesgo de enfermarse gravemente y morir; la vacuna no es magia, no te deja inmune inmediatamente, y es necesario que quede claro a la comunidad para que no se confíe y relaje medidas”, dice.
Aun con esto, ambos especialistas señalan que son más los riesgos de no vacunarse que de vacunarse, que los casos con afectaciones son muy pocos, y su aplicación es una esperanza de supervivencia en caso de llegar a ser contagiados.
“Los hijos deben ser más empáticos con sus padres y ser ahora quienes se preocupen y lleven a vacunar, por la salud de los adultos, que los convenzamos, aunque tengan miedo y hagamos lo posible por llevarlos a pesar de este miedo que algunos tienen”, expone Valenzuela.
Hasta este 20 de abril, 14 millones 571 personas han sido vacunados en México, dio a conocer Hugo López-Gatell, el vocero del Gobierno de México para la pandemia de COVID-19. De esa cantidad, 3 millones 302 mil 638 tienen ya completo su esquema de vacunación completo. (Con información de Rocío Gallegos)
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