Es necesario saltar a la esfera pública, hacer uso de nuestros derechos ciudadanos y exigir a las autoridades que se adopten políticas que de manera contundente enfrenten la devastación de la naturaleza, la generación de gases de efecto invernadero, y la promoción de energías limpias
Por Víctor M. Quintana S.
Somos uno de los eslabones débiles en la cadena global del cambio climático: en México hemos tenido una terrible sequía en dos terceras partes del territorio nacional y graves inundaciones en el sureste y en Hidalgo. El 2020 fue uno de los años con menores precipitaciones de las últimas tres décadas.
Además, fue el segundo año más caluroso desde que se tiene registro en México, Con base en cifras de la Conagua, se constanta que México es uno de los países más afectados por el calentamiento global, pues aquí se ha observado un aumento promedio en la temperatura de 1.4 grados, cifra superior al aumento medio global en 2020.
Sólo este verano, olas de calor abrasadoras mataron a cientos de personas en Estados Unidos y Canadá, las inundaciones devastaron Alemania, Bélgica y China, los incendios forestales han sido incontrolables en el oeste de los Estados Unidos, en toda la cuenca Mediterránea, y el año pasado devastaron Australia y la Amazonía. Estas conflagraciones, resecan la atmósfera y en Siberia llegan ya a las zonas polares y aceleran el derretimiennto del permafrost, generando la liberación de millones de toneladas de bióxido de carbono, produciendo una espiral de sobrecalentamiento.
El pasado 9 de agosto el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, que es el principal órgano internacional para la evaluación del cambio climático de la ONU, emitió un importante informe. Dicho reporte aprobado por 195 gobiernos y basado en más de 14 mil estudios, es el resumen más completo hasta la fecha de la ciencia física del cambio climático. Hace cinco advertencias principales sobre este proceso que aqueja a todo el planeta:
- El cambio climático es generalizado, se está intensificando más rápidamente de lo previsto y depende de nosotros. No es un problema del futuro, está aquí y ahora y está a nuestro alcance resolverlo.
- La temperatura puede aumentar más de lo previsto: si no se controlan las emisiones, el umbral de seguridad que es el de un aumento de 1.5 grados en la temperatura global, se alcanzaría en una década.
- El nivel del mar continuará aumentando, no importa lo que hagamos.
- Si se duplican los niveles de bióxido de carbono, la temperatura global aumentará 3 grados, lo que implicaría efectos terribles, en el clima, en el desplazamiento forzado de comunidades enteras, en la desaparición de miles de especies animales y vegetales, lo que acarrearía una crisis tal vez final para la humanidad.
- Las emisiones de gas metano provenientes de la industria del petróleo y el gas, la agricultura y el cultivo de arroz generan un tercio del calentamiento global y es posible reducirlas a muy corto plazo.
Por otra parte, en su discurso inaugural de la 73 Asamblea General de la ONU, el Secretario General de dicha organización, Antonio Gutiérres, hizo un llamado desesperado a los líderes mundiales manifestando que “enfrentamos la cascada de crisis más grande de nuestras vidas” por la confluencia del cambio climático, la pandemia, así como las amenazas a la paz y a los derechos humanos…es necesario hacer sonar la alarma porque estamos al borde del abismo y actuando en el sentido equivocado; el mundo nunca ha estado tan amenazado o tan dividido”.
El cambio climático nos alcanzó, pero no podemos permitir que la inacción o la desesperación nos rebasen. Tenemos que actuar ya, pero hacerlo cuando menos en un nivel triple para poder tener algún efecto:
A nivel familiar, cambiar nuestros hábitos cotidianos de consumo y transporte: reducir la comida ultraprocesada, cárnicos y lácteos, reciclar los más productos que utilicemos y reusar otros. Utilizar menos energía fósil o emplear energías limpias en nuestros hogares y en nuestros desplazamientos cotidianos. Reducir lo más que podamos los desechos no reciblables.
A nivel comunitario o social debemos formar o participar en colectivos que promuevan la toma de conciencia sobre el cambio climático y sus impactos; difundir información y promover acciones que favorezcan la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente. Pero no solo: es necesario saltar a la esfera pública, hacer uso de nuestros derechos ciudadanos y exigir a las autoridades que se adopten políticas que de manera contundente enfrenten la devastación de la naturaleza, la generación de gases de efecto invernadero, y la promoción de energías limpias. Presionar, exigir a los diferentes órdenes y poderes del gobierno.
También podemos y debemos actuar a nivel global. Sumarnos a movimientos y a organizaciones que buscan salvar a nuestro planeta. Interactuar en las redes sociales con personas de todo el mundo. Colaborar en iniciativas globales. Apoyar a las y los luchadores del medio ambiente, de los cuales, por cierto van más de 30 asesinados en lo que va del año tan sólo en México. Denunciar y anunciar.
El fin de semana pasado, el movimiento Global Citizen (www.globalcitizen.org) promovió conciertos masivos de música en varias ciudades del planeta. Lo recaudado irá a financiar programas ante el cambio climático, contra la pobreza y para reunir vacunas contra el COVID-19 para las naciones pobres. Ya es un avance. Participemos.
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