Ciudadanos de El Paso, Texas, cruzan a Ciudad Juárez para abastecer a comerciantes informales de productos ‘americanos’ en mercados, ‘segundas’ o en puntos de venta semifijos por distintos rumbos de la ciudad, también venden por internet
Texto y fotografías: Verónica Martínez / La Verdad
Ciudad Juárez– Para la comerciante Patricia Serrano la semana laboral inicia los sábados por la mañana, en el mercado de segundas que se instala los fines de semana a un lado del Parque Hidalgo.
Junto con otros comerciantes, Serrano y su familia se acomodan bajo carpas que montan en la calle Venezuela, para protegerse del sol. En tres mesas portátiles exhiben desodorantes, crema corporal, desinfectante en aerosol, café molido de la marca Folgers y botes de té Lipton en polvo para preparar entre otros productos de origen norteamericanos que tienen en venta.
“Hay mucha gente que le gusta el producto americano”, dijo Serrano, quien ha sido comerciante fronteriza por más de 30 años. “Como nosotros hay muchas personas que traen esta mercancía”.
Serrano y otros comerciantes juarenses surten de las tiendas de El Paso, en donde compran por mayoreo, para ofrecer los productos que no se encuentran en venta en Ciudad Juárez.
El cierre de la frontera, por la pandemia, no frenó este comercio informal de productos americanos que ya existía en la frontera, por el contrario, forzó a que los comerciantes se adaptaran, buscaran nuevos proveedores y abrió paso para que residentes y ciudadanos estadounidenses se incursionaran en la práctica.
Una vez a la semana, Serrano solía cruzar a El Paso y recorrer tiendas como Dollar Tree, Dollar General y Family Dollar. Con el cierre de las fronteras para viajes no esenciales desde marzo del 2020, la comerciante ha tenido que adaptarse para seguir sutiendo a su clientela y para sostentar sus gastos.
Al incio del cierre, Serrano le pedía a su sobrina que cruzara la mercancía por ella, pero esta solución no duró ya que la joven no siempre estaba disponible por motivos de trabajo. La mujer encontró una solución más permanente con las empleadas que trabajan en las mismas tiendas en donde surtía su mercancía.
“Ya nos conocen y ya saben quienes son mayoristas,” dijo Serrano. “Fue de esa forma que nosotros, gracias a Dios, nunca paramos de trabajar”.
Debido a que los productos que Serrano vende son esenciales, como artículos de aseo personal y limpieza del hogar, la juarense de 62 años pudo continuar trabajando en los distintos mercados ambulantes que frecuenta también en Loma Blanca y San Isidro.
Crece la competencia
Los clientes de Serrano siempre fueron las personas que no podían cruzar a los Estados Unidos, en ese sentido no vio un gran impacto o crecimiento de demanda trás los cierres de los cruces internacionales. Sin embargo, la comerciante comentó que notó que su competencia aumento durante la pandemia.
“Personas que son residentes o ciudadanos han empezado a vender el producto a precio más barato”, dijo Serrano. “Como nosotros no podíamos cruzar y ellos son los que pueden ir y venir vieron una oportunidad.”
Para Mayra Ramírez, quien perdido su empleo en el año 2020, las restricciones en los cruces internacionales representaron una oportunidad de iniciar un negocio llamado La Tiendita. La mujer solía trabajar como vendedora en festivales en el estado de California. Con la cancelación de eventos masivos, su fuente de ingreso se eliminó completamente y regreso a Ciudad Juárez donde vive su familia.
La ciudadana estadounidense inició su negocio en febrero del 2020 comprando nieves de marcas que solo se podían comprar en las tiendas de El Paso y trayéndolas a Juárez para vender a través de Facebook. Poco a poco fueron los mismos clientes de Ramírez quienes le hacían encargos al tiempo que se extendió el cierre de la frontera.
“Gente que estaba acostumbrada a sus cosas de allá y por el cierre han sufrido mucho por no tener su producto”, dijo Ramírez.
Por la misma razón del cierre, Ramírez notó un aumento en la demanda de los servicios de su negocio que incursionó al inicio de la pandemia y que solo fue creciendo mientras la espera de la apertura de los puentes internacionales se alargo.
Conforme pasaron los días de las restricciones que impidieron el cruce de mexicano a Estados Unidos, Ramírez agregó productos como refrescos, cereales y dulces a su catálogo. A pesar de que en México pueden encontrarse las mismas marcas de los productos que ella trae de El Paso, sus clientes aseguran que no saben igual.
“La gente nota la diferencia entre un producto y otro. Esto ha sido lo que me ha mantenido ocupada con productos básicos de supermercado”, dijo ella.
En cuanto a pedidos especiales, la fronteriza de 37 años comentó que sus clientes hacen encargos de diversos productos, desde aseo personal, limpieza del hogar, hasta medicamentos y vitaminas.
“(Mis clientes) están super encantados de tener las cosas que ya batallaban para conseguir por el cierre de los puentes”, dijo Ramírez. “Han sentido mucho alivio y mucha felicidad de que pueda traer las cosas que necesitan”.
Con las noticias de la apertura de las fronteras el próximo mes, Ramírez espera que sus ventas bajen ya que muchos de sus clientes podrán cruzar y comprar ellos mismos los productos que necesitaban. Aún así la comerciante cree que podrá mantener su negocio con las personas que no pueden cruzar ya que no tienen visa de turista o que prefieren no hacer el viaje a la ciudad vecina que puede significar hacer fila hasta por dos horas y un gasto significativo de gasolina.
“Muchos de mis clientes me han dicho que no me van a dejar de comprar cuando abran (los cruces)” dijo Ramírez. “Muchos prefieren que yo les traiga sus productos cerca de su casa para ahorrarse el viaje a El Paso.”
En busca de proveedores en México
Guadalupe Díaz exhibe una amplia variedad de juguetes de plástico en dos mesas portátiles. Algunas figuras miniatura de personajes de caricatura yacen amontonados aún con sus envolturas de plástico junto a un letrero de cartón que decía “Nuevos”. En otra mesa acomodó la sección de juguetes usados con peluches de animales, vehículos a control remoto y juguetes mecánicos de cuerda.
Tras el cierre de la frontera, Díaz no ha cruzado para surtirse en las tiendas estadounidenses o los mercados de segunda mano en El Paso, por lo que la comerciante empezó a buscar opciones en el mercado mexicano.
“Aquí he batallado mucho. Allá aún cuando compro usados los juguetes están casi nuevos. Lo de aquí no se vende igual”, dijo la vendedora de juguetes.
Algunos de sus familiares han comprado los artículos y los han cruzado por ella, pero en los casi dos años del cierre, las pocas ocasiones no han sido suficientes para generar las mismas ganancias, dijo Díaz.
Cuando la juarense de 57 años cruzaba a pie al centro de El Paso para comprar mercancía, solía gastar cerca de 50 dólares y podía recuperar la inversión rápidamente y le tomaba cerca de dos semanas generar una ganancia. Con proveedores de México, no ha podido surtir de la misma forma ya que los precios son muy altos.
Díaz tiene su puesto instalado cerca de Serrano en el mercado rodante que se mantiene en auge.
Serrano ha introducido nuevos productos como ropa y maquillaje en el puesto que instala cada sábado y domingo desde hace 13 años en el mercado de la colonia Hidalgo.
Debido al cierre, Serrano también se adaptó al conectar con proveedores mexicanos del interior del país. Ante la noticia de la próxima reapertura de los cruces internacionales en noviembre, la mujer considera que no será esencial cruzar inmediatamente debido a estas nuevas fuentes de mercancía.
“Yo antes no iba a México y ya vi que sí puedo traer cosas de allá y se vende”, dijo Serrano. “Creo que ya le agarre más la onda y que sí me pude adaptar”.
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