Lo que está en juego es la visión de ciudad. El Chamizal representa una vez más la disputa por la ciudad entre quienes creemos en la ciudadanía, en una ciudad de derechos, y quienes creen en la mercantilización de la ciudad, la exclusión, y la falta de compromiso social
Leobardo Alvarado
Es recomendable decirle a los empresarios que proponen el Centro de Exposiciones y Convenciones (CEyC) de Ciudad Juárez en el Chamizal que no desesperen.
Por el contrario, es importante analizar su propuesta. Si ya tardaron casi 20 años en ponerse de acuerdo eso ya es un logro, pero por algo será que han tenido muchos problemas para avanzar. Pero primero hay que decir que no se está en contra de el CEyC, no al contrario, debe existir sin duda y en esta ocasión si lo hacen bien, mejor. Sin embargo lo que si les debe quedar muy claro y sin concesiones, es que no se debe utilizar el recurso público y nuestro patrimonio para sus fines.
El Chamizal es nuestro patrimonio cultural, ecológico e histórico y debe respetarse y cuidarse. Más aún, debe establecerse una política pública para recuperarlo y protegerlo.
El problema del CEyC comienza cuando un sector quiere imponer su visión de la ciudad a las mayorías. Eso no es de demócratas. Tampoco lo es utilizar el patrimonio de la ciudad para plantear una vez más la mercantilización de la ciudad como respuesta a tantos problemas que en esta ciudad tenemos. También es importante, y es lo que no hace este sector empresarial: reconocer nuestra historia. Es decir, nada más la historia de México es la que se quiere borrar: con un gran desdén no se respeta lo que significa el Chamizal para las y los juarenses pero sobre todo para los mexicanos.
No esta de más recordarle al grupo empresarial que ahora presiona a los gobiernos para que se les cumpla con su Centro de exposiciones y convenciones, cuando juntos nos opusimos a la entonces llamada “Ciudad Vallina”. Estos empresarios, muy vinculados con el Partido Acción Nacional (PAN), unos más que otros, lo deben de recordar porque mucha gente participamos para juntar más de 50 mil firmas que luego nos las escamotearon en Chihuahua. La oposición en la que hicimos frente fue para parar a quienes aliados con otros políticos y empresarios en Juárez -de distinto grupo económico al que ahora quiere el Chamizal-, querían desarrollar la zona de San Jerónimo-Santa Teresa.
Entonces en aquella defensa que hicimos de la ciudad juntos, el principio era que eso iba a impactar en los recursos públicos. Que eran intereses privados que íbamos a pagar las y los ciudadanos. No hay diferencia pues en principios con lo que se propone ahora al querer utilizar una porción del parque del Chamizal para el negocio del Centro de exposiciones y convenciones que quieren hacer. No se puede ser pues incongruente al querer pasar por encima del derecho a la ciudad que tenemos todas y todos.
Pero hay también otros problemas y estos son graves cuando hablamos de una sociedad que juntos hemos avanzado mucho en términos de transparencia, participación ciudadana, reclamos por causas justas, y posiciones en pro de la democracia. Por ejemplo, durante muchas luchas hemos acompañado a Plan estratégico, quien como organización civil se ha hecho también acompañar de los empresarios socialmente responsables. Pero ahora su fundador firma el desplegado que apoya la iniciativa que quiere apropiarse de una parte del Chamizal. Con esto, no sólo echan al traste lo construído, sino que comprometen todo el capital simbólico de esa organización en los pasados 20 años. Por supuesto es algo para no estar de acuerdo.
Ahora mismo muchas personas acompañamos la iniciativa “Yo Elijo Regidor” para que haya elecciones por demarcación territorial en el 2024, porque creemos que es importante avanzar en la democracia participativa y esa es la manera. En este tema no hay marcha atrás, debemos seguir abonando a la construcción de mecanismos que alienten la participación de la gente en la toma de decisiones. Sin embargo, cuando el fundador de Plan Estratégico firma el desplegado, pone a toda la gente de este movimiento ciudadano en la misma canasta y le somete a la contradicción. Es decir, les compromete. ¡Eso no está ética ni moralmente bien!
En verdad, en esta ciudad hemos avanzado mucho tanto ustedes como empresarios responsables y nosotros como ciudadanos. Comprometidos todos y todas, somos quienes habíamos coincidido en el único interés de tener una ciudad amable para vivir. No somos empresarios pero comulgamos en ciertos aspectos para la ciudad con ustedes, esos empresarios que sobre todo desde la década de los ochentas y noventas se han comprometido en construir instrumentos, mecanismos, que abonen al sentido y perspectiva de una ciudad de derechos.
Sin duda deben recapacitar como empresarios sobre su visión de ciudad en la que peligrosamente potencian la vil mercantilización, porque se les ésta yendo la mano desde hace tiempo. Nada que no supiéramos pero como el centro es la ciudad, la gente y la democracia y el funcionar de las instituciones, hasta ahora era tolerable la alianza. No estamos de acuerdo y no permitiremos que el patrimonio de todos sea utilizado con fines privados.
No rompan todo lo que se ha construido. Lo que está en juego es la visión de ciudad. El Chamizal representa una vez más la disputa por la ciudad entre quienes creemos en la ciudadanía. En una ciudad de derechos. En la democracia. Y quienes creen en la mercantilización de la ciudad, la exclusión, y la falta de compromiso social.