Política migratoria de EEUU desata confusión: expulsa a unos y a otros permite quedarse
lunes, mayo 8, 2023
En vísperas de que este 11 de mayo se elimine el Título 42 más migrantes arriban a Ciudad Juárez con la esperanza de cruzar a Estados Unidos en busca de asilo, muchos están apostados frente al muro fronterizo a la espera de que se les abra la puerta
Por Verónica Martínez y Marco Antonio López / La Verdad
Ciudad Juárez– Con la terminación de la política conocida como Título 42, más migrantes comenzaron a arribar a esta frontera con la esperanza de cruzar a Estados Unidos, en medio de un panorama de incertidumbre y confusión desatado entre los solicitantes de asilo que por sus conocidos se han enterado que unos son expulsados y otros han logrado quedarse.
Tal es el caso de Abel Ortega Oviedo, un venezolano de 29 años, que el pasado primero de abril se acercó a la puerta 36 del muro y quedó detenido por la Patrulla Fronteriza en El Paso, Texas.
“Yo sólo iba a preguntar si estaban aceptando a las familias, pero me cogió un agente de CBP y me llevaron detenido”, cuenta Abel 14 días después, cuando pudo comunicarse desde Tijuana, Baja California, por donde fue retornado, es decir, a más de mil kilómetros de distancia del punto donde fue detenido.
Una vez retornado a México a más de mil kilómetros de su familia, Abel, sin dinero y sin refugio, tuvo que pedir dinero para juntar el costo de su pasaje de vuelta a Ciudad Juárez, donde se encontraba Katiuska Márquez, y los hijos de ambos, de 2 y 4 años respectivamente.
Quince días después, el 29 de abril, ya en Ciudad Juárez, lo intentó de nuevo, esta vez Katiuska, Abel y sus dos hijos se entregaron a las autoridades de la Border Patrol al otro lado del río, por la misma puerta pero con diferente resultado.
El 4 de abril fueron liberados en El Paso con un permiso temporal y una cita para regularizar su estatus en Chicago, Illinois, al otro lado del país. A casi 2 mil 500 kilómetros de distancia por carretera, a donde tiene que llegar por sus propios medios, un viaje que cuesta más de 500 dólares para su familia.
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Parte de las razones que impulsan a las personas migrantes a cruzar la frontera es que han escuchado casos e historias de personas que han logrado cruzar a Estados Unidos y quedarse de manera regular, con documentación que les permite transitar por el país, comenta Cristina Coronado, coordinadora de la Oficina de Movilidad Humana que desde inicios del 2019 da atención a la población migrante en Ciudad Juárez.
La postura por parte de las autoridades de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés) es que la frontera no se encuentra abierta y que continuarán aplicando el Título 42 mientras permanezca vigente y el Título 8 para aquellos que no cuenten con una base legal para permanecer en el país.
Las cifras más recientes de la CBP muestran que bajo el Título 42 se han registrado un total de 419 mil 146 expulsiones en toda la frontera sur, pero reportes de la agencia federal muestran que una gran cantidad de personas que cruzan la frontera entran en distintos procesos migratorios con resultados variables.
Reportes de la agencia federal muestran las disposiciones de procesamientos y transferencias de inmigrantes que se han realizado a nivel nacional este año fiscal, aunque CBP especifica que estos datos no son exactos, pues son cambiantes con cada proceso.
En marzo de este año se han otorgado 25 mil 463 hojas de comparecencia (NTA-OR por sus siglas en inglés). Este es un documento migratorio que se entrega a los individuos que han entrado en proceso de deportación o expulsión y deberá llevar una fecha para presentarse ante un juez migratorio.
En febrero y marzo la agencia registró 33 casos de parole mientras en enero se concedieron un total de 5 mil 212. Las cifras también muestran que en marzo se han registrado más de 30 mil órdenes de arresto/NTA especificando que estos individuos permanecen en detención.
En cuanto a destinos de transferencias, la agencia federal especifica que en marzo se han registrado un total de 24 mil 768 liberaciones por razones humanitarias, 40 mil 538 disposiciones a otras agencias federales, 267 vuelos de repatriación a los países centroamericanos del Triángulo Norte y mil 376 vuelos de repatriación a México. CBP también reporta que de enero a marzo, 23 mil 522 personas han sido transferidas a puertos de entrada. La agencia ha registrado en marzo 10 mil 557 deportaciones expeditas y 2 mil 576 retornos voluntarios.
“Estados Unidos anuncia todas las formas que tiene para solicitar asilo pero son ellos mismos (sus funcionarios) los que rompen con sus protocolos. El hecho de dejar entrar a mucha gente así porque están rebasados hace que (los migrantes) pierdan interés en las formas legales”, asegura Coronado.
Dice que después del incendio en la estación migratoria, el pasado 27 de marzo, llegaron cientos de personas a esta frontera para entregarse a través del muro a la Patrulla Fronteriza y aunque muchos fueron retornados, otros lograron filtrarse y se encuentran en territorio estadounidense.
Aumentan flujos migratorios
El flujo de personas migrantes por Ciudad Juárez se mantiene visible con el crecimiento del campamento migrante frente a las instalaciones de la ahora inactiva estación provisional del Instituto Nacional de Migración y con la presencia de personas migrantes caminando por el bordo fronterizo con la intención de entregarse a agentes de la Patrulla Fronteriza.
“Actualmente el sector de El Paso encabeza el país por la cantidad encuentros (con migrantes)”, dice el jefe de operaciones de la Patrulla Fronteriza en el sector de El Paso, Anthony “Scott” Good, en un evento de prensa en el que se discutieron los riesgos que implica cruzan la frontera de forma irregular.
Cada mes del año fiscal 2023, que inició en octubre del año pasado, el sector de El Paso, Texas, ha encabezado a los otros sectores en cuanto a encuentros o detenciones fronterizos. Con un total de 265 mil 037 registrados de octubre del 2022 a marzo de este año, las cifras de estos seis meses representan un incremento del 134 por ciento en comparación con cifras del mismo periodo en el año fiscal 2022.
Las cifras de abril aún no están disponibles, pero la Patrulla Fronteriza reportó que entre el 14 y 17 de abril la agencia federal registró en promedio mil 460 aseguramientos.
Debido a esta situación, a partir del 1 de mayo la Ciudad de El Paso se declaró en estado de emergencia por el aumento de migrantes y la estimación de que muchos más arriben previo al levantamiento del Título 42.
Mientras que de este lado de la frontera, el presidente municipal de Juárez, Cruz Pérez Cuéllar declaró a medios de comunicación que no se tiene una cifra exacta de cuántos migrantes están actualmente en la ciudad, pero se estima que es una cifra cercana a 6 mil personas.
Hasta el 10 de abril se registraba un acumulado de 4 mil 762 personas migrantes en la ciudad, cifra reportada por la Secretaría de Seguridad Pública Estatal. La autoridad no respondió a las solicitudes de La Verdad para actualizar estas cifras.
Llegan a la puerta de EE.UU. atraídos fin de Título 42
Una larga fila se forma al exterior de las oficinas de la catedral Nuestra Señora de Guadalupe. En sus instalaciones se encuentra la oficina de Movilidad Humana, la cual se ha convertido en un lugar seguro con herramientas y servicios para la población migrante que ya lleva semanas y meses en la ciudad.
La coordinadora de la oficina, Cristina Coronado, comenta que en las últimas dos semanas han visto un tráfico constante de entre 500 a 600 personas y el personal estima que la gran mayoría son personas que han llegado recientemente a la ciudad.
“Sabemos que son nuevos porque preguntamos y llegan con sus mochilas y sucios. Muchos recién han bajado del tren”, dice Coronado. “La gente que ya lleva tiempo en la ciudad no lleva sus mochilas porque encuentran algún hotel o espacio en donde dejar sus cosas, como es el campamento frente al INM”.
Los recién llegados entran a las instalaciones en grupos de alrededor de 70 personas para pasar a un salón que ha sido acondicionado como comedor. Coronado estima que son alrededor del 80 por ciento quienes reportan que acaban de arribar a la ciudad.
La gran mayoría son de Venezuela, agrega Coronado, pero también se encuentran salvadoreños, bolivianos, hondureños y aunque son pocos también hay guatemaltecos y ecuatorianos que han sido retornados de Estados Unidos a México.
Ven a Juárez como una última parada en donde comen, descansan, cargan celulares y se orientan sobre las oportunidades que hay para llegar al otro lado. Las personas en movilidad también llegan con dudas, dice la coordinadora, principalmente preguntando cuál es la situación que ocurre en la frontera y si es verdad que todos están pasando, comenta Coronado.
“Hay mucha incertidumbre y lo que falta es mucha información de lo que Estados Unidos está preparando. La gente piensa que cuando se termine el Título 42 se va a abrir la frontera pero no es así. Sigue el Título 8 vigente y desafortunadamente esto es peor porque tiene consecuencias migratorias y castigos que no tuvo el Título 42”, dice.
Dejan los albergues para esperar frente al muro
A pesar de estos flujos entrantes, los albergues de esta frontera permanecen con espacios disponibles pues una parte significativa de las personas migrantes alojadas han dejado los espacios humanitarios para entregarse a autoridades migratorias a través de las puertas del muro fronterizo.
Esta movilización se ha dado en las últimas dos semanas, explica Miguel González, pastor y director del albergue Pasos de Fe, y presidente de la red de albergues Somos Uno Por Juárez. Los migrantes se dirigen a las puertas 36 y 40 del muro porque se enteraron que ahí podrán entregarse y solicitar asilo a agentes de la Patrulla Fronteriza.
“Contrario a las expectativas que teníamos nosotros de vernos rebasados en estos días, en el preámbulo del término del Título 42, pensaríamos que estaríamos super saturados pero ahorita andamos en un 70 y 80 por ciento de capacidad la mayoría de los albergues”, afirma González.
El albergue municipal Kiki Romero se encuentra ocupado a un 40 por ciento de capacidad, informó la Dirección de Derechos Humanos del municipio. González comparte que incluso hay dos albergues de sociedad civil que recientemente vieron una salida significativa de personas y ahora cuentan con un 60 y 50 por ciento de capacidad disponible.
González detalla que han sido en su mayoría personas de Venezuela los que ya han dejado los albergues, pero también personas de nacionalidad colombiana, nicaragüense y cubanos. Las personas que permanecen en los albergues son de Honduras, Guatemala y México que aún tienen mucha incertidumbre al intentar generar citas a través de la aplicación CBP One.
El pastor explica que algunas personas que actualmente están en los albergues también se han acercado a la frontera para ver si podrán cruzar por la frontera, pero los mismos agentes de la Patrulla Fronteriza los desaniman basados en la nacionalidad y regresan a los espacios advirtiendo a los demás.
“Los mismos agentes de CBP los retornan. Les dicen que cómo son de nacionalidad mexicana no hay oportunidad”, dice González. “Creemos que tienen diariamente un rechazo en la aplicación digital y ahora muy en vivo en las fronteras”.
Durante la mañana, tarde y noche se pueden ver personas caminando por el bordo fronterizo o transitando a pie el bulevar Juan Pablo II.
Son más visibles por el área de la calle Arizona, donde buscan puntos con menos tráfico para cruzar la autopista en la cual los automóviles llegan a alcanzar velocidades de 70 kilómetros por hora.
Llevan pocas pertenencias y van en grupos de entre tres a siete personas, algunos siendo unidades familiares llevando niñas y niños.
Se alistan albergues para alza en demanda por nueva política
“Las personas que apenas están llegando se están yendo directamente a entregarse”, dice el pastor González refiriéndose al bordo fronterizo. “No ha habido un freno allá en las puertas. Cuando esto ocurra, creo que será cuando nosotros vamos a resentir el golpe”.
Anticipando esta demanda de ayuda humanitaria y espacios de acogida en las próximas semanas, González menciona que la red de albergues mantiene una política de no sobre poblarse, ya que no cuentan con suficiente personal.
Los directores de albergues ya se han coordinado con las instancias de gobierno como el Consejo Estatal de Población y el Grupo Beta para gestionar las canalizaciones adecuadas a los albergues. González menciona que se le dará prioridad a personas con perfiles de vulnerabilidad como son familias con niños y adolescentes, personas con discapacidades, de la tercera edad y mujeres embarazadas.
La espera en el campamento
Mientras unos esperan frente al muro fronterizo, otros lo hacen bajo carpas instaladas en calle General Rivas Guillen y la avenida Heroico Colegio Militar en un campamento improvisado entre el edificio de la presidencia municipal y la estación migratoria del Instituto Nacional de Migración, donde la noche del 27 de marzo ocurrió la tragedia.
Aunque no cuentan con agua potable o servicios sanitarios, el campamento se extendió por las jardineras del área del puente internacional Reforma y cruzó a la calle Ingeniero David Herrera Jordán hasta casi la calle Tlaxcala, sin embargo desde el jueves pasado se comenzó a quedar semivacío por el traslado de los migrantes al muro fronterizo, donde llegaron a acampar a la espera de ser recibidos.
Uno de los que aún permanece ahí es José, un venezolano de 20 años. El es una de las personas que no cuenta con una carpa y duerme a la intemperie, bajo una cobija gris y un cobertor azul ya despintado por el sol, donde colocó cartones para no dormir directamente sobre el concreto que por las noches y madrugada llega a estar helado.
El tráfico por estas calles es constante, dice José quien llega a inhalar el humo y polvo que camiones y vehículos levantan con su paso.
“Es malísima esa vaina y por eso todos tienen gripa. El clima es frio por las noches y durante el día hace calor”, dijo.
José llegó a Ciudad Juárez porque escuchó que por esta frontera estaba dejando pasar a los venezolanos por la puerta 36. El joven mencionó que él llegó a esta frontera montado en el tren.
“Es una cosa tremenda ir allá arriba. Sientes que el aire te va a sacar volando”, dijo José. “No se lo recomiendo a gente que venga con niños”.
Wilmer también llegó en tren a Ciudad Juárez a mediados de abril, pero salió de Venezuela desde octubre del año pasado. Primero paso por Monterrey, pero desistió de seguir su camino hacia Tamaulipas, pues no encontraba otros compatriotas. Regresó a Arriaga y luego se dirigió a esta frontera donde escuchó que había más personas de Venezuela y se sintió más seguro.
En el campamento, Wilmer duerme bajo una carpa que compró en su paso por Colombia. Ahí espera mientras decide cruzar la frontera antes del 11 de mayo o después de esa fecha.
laverdadjz@gmail.com