Opinión

Oposición: Muchos tiradores, pocas posibilidades




junio 23, 2023

El grueso de los opositores no atina a formular una propuesta coherente que contrarreste la narrativa imperante… aunque en política no hay certezas y sí reinvenciones

Por Hernán Ochoa Tovar

Desde 2012 se ha dado un fenómeno singular: el candidato que aparece como puntero en las encuestas, ha sido aquel que ha resultado vencedor. Se cumplió dicho adagio con Enrique Peña Nieto (2012) y Andrés Manuel López Obrador (2018). Sin embargo, aunque el grueso de las encuestas da por ganador al oficialismo, deslizando que MORENA ratificará la Presidencia en 2024. Empero, del lado del flanco opositor hay un problema: no hay un oponente definido al oficialismo, y sí una masa nebulosa de tiradores quienes aspiran a hacerse de la candidatura opositora -muy probablemente en coalición-, teniendo por resultado que, muy posiblemente, quienes emprendan dicha aventura, surcarán la crónica de una derrota anunciada.

Del lado del PRI han surgido varios y varias suspirantes: el exsecretario de Turismo, Enrique de la Madrid; la senadora y excanciller, Claudia Ruiz Massieu; el también secretario de Economía y actual diputado federal, Ildefonso Guajardo; así como la expresidenta del CEN del PRI, Beatriz Paredes. Todos tienen en su haber vastos currículos y experiencia política. De hecho, considero que, de los probables presidenciables opositores, ellos y ellas estarían en la lista de los menos malos, pues conjuntan experiencia y tienen un discurso medianamente sensato y coherente. No obstante, su defecto principal es que, salvo Paredes, la mayoría no han ganado cargos de elección populares, y lucen distantes para el mexicano de a pie y de la clase obrera. Ello a contrapelo del presidente López Obrador, quien ha sabido granjearse el apoyo de estos sectores comprendiendo sus necesidades y, sobre todo, hablando su mismo idioma.

En tanto que el PAN tiene una plétora de aspirantes, desde sus gobernadores (Mauricio Vila y Mauricio Kuri), legisladores (Santiago Creel, Lily Téllez), hasta empresarios cercanos al panismo vía la coalición “Va por México” (Gustavo de Hoyos). No obstante, quien parece tener más posibilidades es Santiago Creel, por su prosapia y cercanía con la dirigencia panista y los liderazgos opositores, quienes, al parecer, verían con buenos ojos su unción como candidato presidencial.

Empero, de manera semejante a los liderazgos del PRI, los del PAN tienen diversos bemoles que los marcan: Kuri y Vila han hecho buenas gestiones en sus entidades y han ganado puestos de elección popular, pero son liderazgos regionales con poco alcance nacional, de manera que disputar su capital político en la Ciudad de México suena complicado a estas alturas del partido. Lily Téllez es una adquisición reciente del panismo (se adhirió en 2020, habiendo llegado al Senado representando a MORENA) y salvo su paso por la Cámara Alta, su experiencia política es exigua, llegando a destacar más por sus declaraciones estridentes que por su labor consistente en el Senado.

De Hoyos, en tanto, es de los ideólogos de la coalición “Va por México” junto a Claudio X. González. Tras su paso por la COPARMEX, ha fungido como activista político; sin embargo, su caso es peor que el de Lily Téllez, pues si la senadora puede presumir en su hoja de servicios que ha pasado por el Senado durante el presente sexenio, De Hoyos no tiene un ápice de experiencia política, salvo el ser lobista de las cúpulas partidarias (aunque ahora blanda una retórica antipartidaria, semejante a la que esgrimió el “Bronco” en su momento ¡paradójico!).

Si vemos el bajo perfil de algunos de sus rivales internos, por algo Santiago Creel se presenta como el mejor perfil, pues es el que tiene más experiencia, contactos y trayectoria. Esto porque ha sido consejero del INE, diputado federal, secretario de Gobernación durante el Foxismo y senador. Su flanco débil es que jamás ha ganado una elección. Y la única vez que fue postulado para un cargo (la Jefatura de Gobierno del DF en el 2000), perdió los comicios por un estrecho margen, en los cuales resultó vencedor Andrés Manuel López Obrador, vale aclarar.

No obstante, el grueso de los opositores no atina a formular una propuesta coherente que contrarreste la narrativa imperante. Me atrevo a decir que ninguno de ellos tiene el carisma suficiente para enfundarse en el rol de retador en la contienda. Incluso, el propio Creel trató de romper con la dinámica imperante y le jugó al negociador en una parte del sexenio. Pero al ver que el diálogo pretendido estaba roto, ha buscado jugarle al adversario, con la salvedad de que suena poco convincente ¡Pareciera estar interpretando un rol que él mismo no está convencido de jugar! Sus spots y sus videos lo delatan cabalmente.

Pero, en política no hay certezas y sí reinvenciones. Ayer, Jorge Luis Preciado, quien fuera Senador del PAN en la pasada legislatura, apareció en la televisión para decir que quería ser candidato y jugar con una narración distinta, apostándole al optimismo y relegando al derrotismo. Debo decir, las palabras de Preciado me parecieron justas. Sin embargo, hay un problema: aunque en un momento fue una especie de estrella emergente de la política, no pudo ganar siquiera la gubernatura de Colima –cuando las condiciones estaban dadas para ello- y luego de aquello sus reflectores parecieron declinar. Creo que debería reintentar con el mismo discurso, pero desde otra trinchera, haciendo méritos para llegar a la Presidencia a posteriori (es joven aún).

La oposición tiene una labor compleja. Veremos que acontece en el tiempo venidero.

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