El problema populistas no es de políticos de un solo partido, en relación con la tauromaquia y los gallos, hay animalistas antitaurinos y antipalenques en todos ellos, en Morena, en el PAN, en el PRI, en MC, etc. Por favor legisladores atiendan lo importante
Por José Mario Sánchez Soledad
El Instituto Estatal Electoral de Chihuahua acaba de realizar una consulta para saber si la ciudadanía estaba a favor o no de la Fiesta Taurina. En la encuesta realizada ganó la tauromaquia por amplio margen, sorprendiendo sobre todo al sector no taurino. No conocían que los taurinos y todas las personas que conviven y usufructúan de los animales son un número considerable en el estado grande.
Los políticos populistas creen que esta actividad solo involucra a las huestes urbanas de Ciudad Juárez y Chihuahua capital, olvidan la gran relevancia y presencia de la Sierra y las decenas de poblaciones rurales en nuestro estado. Igualmente no conocen de la actividad agropecuaria que sucede dentro de los centros de población o en los poblados conurbados. Esa personas que conviven, cuidan y procrean a muchos animales todos los días desde antes de que amanezca y hasta después del anochecer, esto como actividad compensatoria a su ingreso y a su consumo.
Un niño en las rancherías sabe cuidar a un pollito para hacerlo gallo o gallina y también sabe ayudar a matarlos para que mamá haga un caldo o el mole que tanto le gusta. El matar un animal en las personas con arraigo rural, no se observa como crueldad es más bien un uso identificado por el ser humano para proveerse de bienes de consumo.
Por esta razones, se han identificado a los animales como de compañía, de usos zootécnico, y silvestres. Los de uso zootécnico son los que se estudian para la producción y reproducción de estos, así como el aprovechamiento de sus derivados (carne, huevo, leche, piel, lidia, etc.), teniendo en cuenta el respeto al animal; fijándose como objetivo la obtención del óptimo rendimiento.
El problema populista en materia del manejo animal es querer tratar a todos los animales por igual y hasta el querer darles derechos similares a los humanos. Esto simplemente no es posible y si se lograra legislar al respecto generaría una problemática muy compleja, solo pensar en la necesidad de proteína del ser humano o en la complejidad para aplicar la ley que enfrentarían las diversas secretarias y las fiscalías, cuando estas tienen problemas mucho más importantes que atender y sin recursos suficientes en nuestra realidad mexicana.
Es sorprendente la actividad gallística en Chihuahua, se calcula que al año se matan más de 350 mil gallos en el estado de Chihuahua. Si cada año combaten 700 mil gallos y cuesta llevar de un pollo a gallo aproximadamente 2 mil 500 pesos (gasto de dos años), entonces se puede hablar de un impacto solo por este concepto de 1750 millones de pesos.
Cuando hay corridas en Ciudad Juárez, Chihuahua, Gran Morelos o Aldama, cada festejo impacta aproximadamente 3 millones de pesos, y si a esto se le suman los impactos económicos por toda la actividad zootecnista o pecuaria en el estado como rodeo, charreadas, cabalgatas, carreras de caballos, ganadería para carne, productos aviares y demás el impacto por usufructuar con animales es inmenso para Chihuahua.
En Ciudad Juárez existen cuatro palenques formales, en la capital por lo menos tres palenques regulados, según datos de la Secretaría de Gobierno Estatal. La zonas de Ojinaga, el suroeste (Ascensión) y la ciudad de Chihuahua ya se organizan lo que se conoce como combates millonarios por las cantidades que se apuestan. Es cierto que existe la clandestinidad y esa es la que debería regular la autoridad, promoviendo la formalidad y la adecuada normatividad.
Cuando se reconocen derechos, estos son para todos. Si los legisladores les reconocen derechos a los animales y en su legislación no clasifican a estos por uso, entonces se crea un “mazacote” de usos imposible de legislar en un solo cuerpo de ley, haciéndolo disfuncional e inaplicable. Los animalistas quieren prohibir el usufructo con animales y eso en Chihuahua, el estado ganadero, es francamente infantil.
El problema populistas no es de políticos de un solo partido, en relación con la tauromaquia y los gallos, hay animalistas antitaurinos y antipalenques en todos ellos, en Morena, en el PAN, en el PRI, en MC, etc. Así mismo los taurinos y los galleros contamos con muchos apoyos en todas las fuerzas políticas.
A los populistas los identificamos como políticos que han aceptado costumbres extranjeras y que ya han olvidado las tradiciones y la cultura de México.
Aguascalientes sin su pelea de gallos no es Aguascalientes. La Ciudad de México sin la Plaza México no es la Ciudad de México. Colima sin La Petatera no es Colima. Jalisco sin charros no es Jalisco. Yucatán sin sus fiestas patronales con corridas de toros, no es Yucatán. Chihuahua sin rodeo o cabalgatas no es Chihuahua. Y Ciudad Juárez (al ser Crisol de la República, donde hay de todo) sin estas actividades, no es Ciudad Juárez.
Los políticos populistas se dejan llevar por lo que se percibe como popular, sobre todo en las redes sociales y a la vez no conocen la realidad en el campo o en la colonia popular. Solo quieren llevar agua a su molino con la propuesta fácil.
Tenemos desde hace más de treinta años con la discusión sobre bienestar animal y Chihuahua sigue sin normativas funcionales y acorde a nuestra idiosincrasia, cultura, tradición y real necesidad socioeconómica. Aún no tenemos leyes funcionales para la protección de los animales de compañía, la aplicación de las leyes de vida silvestre y algunas relacionadas con sanidad animal y humana son muy deficientes y tienen cero prioridad.
A los políticos partidistas les hacemos una atenta invitación para que no se dejen llevar por percepciones digitales o por modas urbanas que trastocan nuestra mexicanidad. México requiere de políticos con conocimiento de causa y legislación responsable que atienda la problemática real y nos saque del subdesarrollo.
Seguimos afirmando que la Ley de Participación Ciudadana tiene grandes huecos y es susceptible al abuso por intereses no necesariamente democráticos y deja sin facultades tanto al IEE, como al Tribunal Electoral del Estado para poder determinar que es una problemática social y además les genera a estas instituciones presiones y gastos innecesarios. Por favor legisladores atiendan lo importante.
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José Mario Sánchez Soledad, empresario e historiador de Ciudad Juárez y Consejero Nacional de Coparmex.