Gobierno

Seis años del triunfo de López Obrador. ¿Qué cambió?




julio 1, 2024
Fotografía: Duilio Rodríguez / Pie de Página - Archivo

Hace seis años, en su tercera aparición en las boletas electorales, Andrés Manuel López Obrador se convirtió en el primer presidente de izquierda en la historia del México moderno ¿Qué ha significado esa victoria?

Por Alejandro Ruiz y Arturo Contreras Camero / Pie de Página

Ciudad de México- Hace seis años, después de un incansable empeño que duró más de 12 años -desde el proceso de desafuero del 2005-, Andrés Manuel López Obrador ganó las elecciones presidenciales con poco más de 30 millones de votos. Su triunfo enarboló muchas banderas, algunas históricas de la izquierda, otras coyunturales y otras propias. 

De la movilización y la crítica al sistema, a la victoria en las urnas y el ejercicio del gobierno muchas cosas cambiaron. Desde ese lugar, estudiosos de la izquierda mexicana esbozan algunas pistas lo que ha significado esa emblemática victoria electoral. 

Carlos Mendoza: Sortear las trampas del poder

“Durante el sexenio, López Obrador tuvo gran pericia para mantener la gobernabilidad, al mismo tiempo que mantuvo, y luego hizo crecer, su popularidad. Es extraordinario que termine con estos niveles de popularidad, habla de su gran habilidad como comunicador, aunque también hubo mucha simulación en otros procesos de opinión”, reflexiona el documentalista y director del Canal 6 de Julio, Carlos Mendoza Aupetit

Para Mendoza, las contradicciones de este sexenio también deben leerse en medio de los ataques de la oposición, por eso recuerda que, el gobierno de López Obrador pasó por tempestades desestabilizadoras de la oposición, incluso algunas claramente golpistas.

“Muy bien los programas sociales; muy pobre la lucha contra la corrupción; muy plausible el programa de inversión, en general, y en particular el programa de inversión en el sur del país. Muy mal la lucha contra la delincuencia, esa es una cuenta pendiente. Bastante bien la relación con América Latina, más allá, por lo menos, de lo que yo habría pensado. Bien sus batallas ideológicas, pero muy triste el trato a los migrantes. Muy preocupante Morena y sus nuevos aliados a partir de las elecciones pasadas. Muy bien López Obrador, extraordinario como estratega y como artífice del triunfo electoral”.

Héctor Alejandro Quintanar: Correr el tablero a la izquierda

La victoria que encumbró al presidente también logró hacer un triunfo cultural como considera el investigador Héctor Alejandro Quintanar, autor del libro Las Raices del Movimiento de Regeneración Nacional. Esto se traduce, dice, en un triunfo en el terreno del sentido. 

“Lo primero que tiene que reconocerse es que la victoria fue contundente, se trató de la persona (hasta entonces) más votada de la historia, ya traía ese consenso, que en 2018 ganó con el voto de todos los sectores, incluídos los de mayor grado educativo”. 

Esa victoria logró un consenso alrededor del discurso de terminar con la corrupción y de cambiar las prácticas neoliberales, lo que se permitió reorientar el gasto corriente, de un aparato burocrático y caro al financiamiento de programas sociales traducidos a derechos que ahora podrían quedar inscritos en la Constitución, explica Quintanar. 

“En el 2006, Vicente Fox apareció en diversos medios para decir y prevenir que si se daban programas sociales a ancianos, el país iba a entrar en crisis y que no había finanzas que aguantaran tal acción. Y fue uno de los ejes de campaña del PAN ese año: No des pescado, enseña a pescar” recuerda “Me parece que hay una diferencia brutal en el PAN de 2006, al del 2024 que se vio obligado a postular a una candidata cuya primera acción fue firmar con sangre que no iba a cambiar los programas sociales”. 

César Pineda: ¿Y la izquierda fuera del obradorismo?

Después de seis años de gobierno López Obrador, el mandatario aún conserva, más bien ha consolidado la enorme popularidad que lo llevó al gobierno, sin embargo, esa popularidad dejó fuera a las  izquierdas antisistema, como las llama el doctor en Ciencias Políticas, académico y analista, César PIneda. 

“A la llegada de López Obrador, esas izquierdas se expresaban básicamente por fuera del Movimiento de Regeneración Nacional. Ese proceso se fue, digamos, tensando y separando históricamente las expresiones más radicales de la izquierda antisistémica de la lucha electoral”, explica. 

Esa exclusión, causó una ausencia de las fuerzas de los movimientos sociales en la política, que no se pudieron expresar; demandas como la Reforma Indígena de derechos y cultura indígena que encabezó el EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional) y el Congreso Nacional Indígena; la demanda de educación gratuita que encabezó el CGH (Consejo General de Huelga), la demanda de defensa del territorio y los bienes naturales que encabezaron unos 200 procesos de movilización local en todo el país,

“El movimiento de víctimas parecía haber, efectivamente, incidido al principio del gobierno de López Obrador, especialmente en el caso Ayotzinapa y en las demandas de verdad y justicia en los crímenes del pasado. López Obrador se comprometió en esos dos temas, sin embargo ahí podemos ver no sólo elementos críticos, sino algunos retrocesos”, lamenta Pineda. 

“Si bien algunos grupos han empezado a hablar de la necesidad, que siempre se ha buscado históricamente, de un partido más a la izquierda de lo que ahora es Morena, o de la reactivación de los esfuerzos que tendrían que partir de la autocrítica y de la articulación entre organizaciones y movimientos sociales antisistémicos. Aunque esa idea parece lejana, debido a que estos seis años, más la pandemia, más la política de López Obrador en términos sociales, ha debilitado la movilización social, salvo en el caso del movimiento de mujeres”, concluye el académico.

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Este trabajo fue publicado originalmente en Pie de Página que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar su publicación.

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