Una de las secuelas menos investigadas después de contraer COVID-19 son las afectaciones mentales de concentración, atención y memoria; en México, dos equipos de la UNAM y el Instituto Nacional de Psiquiatría empezaron ya a estudiar estos fenómenos, sus causas y tratamientos
Por Aranzazú Ayala Martínez @aranhera / Lado B
PUEBLA.- Si sientes que después de haber tenido COVID-19 no te puedes concentrar, se te dificulta recordar cosas, olvidas palabras y confundes conceptos y fechas, no te asustes, es completamente normal. Estos síntomas se asocian al fenómeno conocido como “Brain fog” (niebla mental) o “long COVID” (COVID prolongado).
Estas afectaciones se han empezado a investigar en países como Estados Unidos y Europa, y recientemente han sido identificadas en México. Actualmente hay al menos un equipo de investigación en el país abordando el tema: la facultad de Psicología de la UNAM, específicamente del club de Neurociencias.
El equipo de la UNAM, llamado NeuroCov2, integrado por el Doctor Ricardo Hernández, químico farmacéutico por la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Allan Irasek Rico Becerra y Regina Andrea Mejia Ortiz, ambos egresados de la licenciatura en Neurociencias de la UNAM, habló con LADO B acerca de las posibles causas de estos síntomas.
Estas afectaciones cognitivas se pueden dar por la falta de oxígeno en el cerebro, uno de los daños provocados por el virus SARS-CoV-2. Allan Rico apunta que se ha calculado que el cerebro consume aproximadamente el 20 por ciento del oxígeno que ingresa al cuerpo, por ello cuando hay problemas de oxigenación por fallas pulmonares, como cuando se tiene COVID-19, es posible que la falta de oxigenación adecuada (hipoxia) pueda afectar a múltiples células cerebrales. El Doctor Hernández explicó a detalle que esto provoca estrés celular (que puede ser reversible) y, en algunos casos, la muerte neuronal.
La falta de oxigenación por daños pulmonares, aclaró Allan, es sistémica y afecta en múltiples sitios, pero ya que el cerebro es un órgano que naturalmente consume mucho oxígeno, es de los que más se ven afectados por esto.
Asimismo, el equipo de la UNAM recalcó que estas secuelas no son solamente causadas por la COVID-19, sino que hay otras enfermedades o daños que causan la llamada niebla mental. Por ejemplo, pueden padecerla quienes no respiran bien al dormir (apnea del sueño), o personas que sufren traumas craneoencefálicos.
Cómo combatir la niebla mental
Entre los hallazgos preliminares del trabajo de NeuroCov2, que hasta el momento ha obtenido información de mil 500 personas que han tenido COVID-19, resulta que más del 90 por ciento respondió haber tenido un síntoma neurológico. Por ello es importante que, a través de esta investigación en México, se sepa cómo ayudar a este sector poblacional.
Lo ideal al reconocer estos síntomas, de acuerdo con el equipo de Neurociencias, es acudir con un o una especialista en neuropsicología clínica, o bien a un centro de neurorehabilitación (donde se ocupan de problemas relacionados con aspectos cognitivos, como la memoria y atención), para que se realice una evaluación y saber cuáles son las áreas afectadas, así como qué problemas cognitivos está presentando el o la paciente; con base en ello se diseñará una terapia de rehabilitación específica.
De manera paralela, se sugiere que se apliquen las recomendaciones generales para mejorar la memoria, que son una dieta balanceada, ejercicio aeróbico y algunos ejercicios de gimnasia cerebral (como juegos de memoria), aunque el grupo de la UNAM enfatizó la importancia de acudir primero con una persona experta.
“Existen una amplia gama de terapias de rehabilitación que se pueden hacer, incluso [una o] uno mismo desde casa [puede hacerlas] para justamente tratar de contrarrestar estos síntomas y mejorar la calidad de vida”.
Los obstáculos para investigar en México
Las investigaciones sobre el “long COVID” en México, como se ha dicho, apenas inician, ya que ha pasado poco más de un año de la recuperación total de la COVID-19 de las y los pacientes enfermos; además, es sólo un porcentaje de esta población la que ha presentado este tipo de problemas.
Además, por las propias condiciones de la pandemia, hasta ahora la información sobre afectaciones mentales ha sido recabada mediante encuestas con formularios de autorreporte.
El problema con ello es que “las personas tendemos a negar nuestros síntomas o aminorarlos; en el caso de los formularios de autorreporte tienes que confiar en lo que la persona te está reportando; [a veces dicen no tener síntomas] cuando realmente podrían estar ahí (…) o incluso ser mucho más graves de lo cual son; esto perjudica o ralentiza un poco esta parte de la investigación”, dijeron.
Aunado a esto, el equipo de NeuroCov2 comentó que tampoco ayuda el hecho de que hay una falta de conciencia general en México acerca de la salud mental. El Doctor Ricardo, Regina y Allan mencionaron que en el país se tienden a minimizar los problemas que conciernen a la salud mental.
“Cuando se trata de algún trastorno como depresión o ansiedad muchas personas llegan a ridiculizarlo, o en algunos casos simplemente a pensar que no es necesario ir al psicólogo, no es necesario que te trates, porque esas no son enfermedades o no son problemas relevantes. Entonces creo que sí hay una parte cultural importante de resistencia al reconocimiento de estos problemas”.
Sin embargo, consideraron que conforme estas iniciativas vayan avanzando, las personas serán más autoevaluativas tanto para identificar como para aceptar los problemas.
El equipo de la UNAM explicó que, hasta el momento, el periodo de seguimiento a pacientes recuperados en todos los trabajos a nivel mundial (fuera de México) más largo ha sido de ocho meses, y todo apunta a acompañar por lapsos de tiempo mayores a estas personas.
“Lo que muchos plantean es hacer estudios más largos para observar cómo se desarrollan los problemas en estas personas. Eso es lo primero, porque no ha pasado tanto tiempo y porque se desconoce qué consecuencias puede acarrear todo esto en uno, dos o tres años”, dijo el equipo de NeuroCov2.
No obstante, pese a los obstáculos, hasta ahora han logrado recabar testimonios de mil 500 pacientes, de los cuales cerca del 70 por ciento son mujeres. Esto es porque han respondido más mujeres y el equipo lo relaciona con que, en general, los hombres responden menos a este tipo de iniciativas. Así, extienden la invitación a más gente para que siga sumándose a la investigación, pues depende de que las personas reconozcan la existencia e importancia de estos trastornos cognitivos para poder darles seguimiento.
*Si te interesa sumarte y ser parte de las investigaciones, puedes comunicarte al correo neurocov2@gmail.com con el equipo de la UNAM.
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Esta nota fue realizada por LADO B, integrante de la alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes ver la original.