Las autoridades militares en Fort Bliss entablan conversaciones para salvan vidas entre sus tropas
Por Angela Kocherga / KTEP News
El Paso, Texas- Una mañana soleada de primavera, los cadetes de la Fuerza Aérea de Estados Unidos se reunieron en un auditorio poco iluminado en la Universidad de Texas en El Paso (UTEP) para escuchar a un oficial del Ejército, con 20 años de servicio y 11 periodos de combate, hablar del tema de los suicidios de militares.
El teniente coronel jubilado, J.C. Glick, comenzó su charla por Zoom, con una breve descripción de su experiencia militar, en su mayor parte en operaciones especiales.
Lo que dijo a continuación sorprendió a muchos de los cadetes.
“A unos 18 meses del onceavo periodo de combate que serví, fue el primero de cuatro intentos de suicidio,”, contó.
A diferencia de muchos, Glick se siente cómodo hablando sobre el suicidio – principal causa de muerte entre los militares. Ahora está en una misión para hacer que otros también hablen sobre el suicidio. Se ha asociado con Moth + Flame, una empresa de realidad virtual y líder en el aprendizaje de inmersión, con el fin de reducir el número de suicidios de militares.
“Se trata de [preguntar] ‘¿estás pensando hacerte daño?’ Lo que todos dicen que es ‘difícil preguntar’. No lo es. Sencillamente hay que practicar diciéndolo. Y tenemos lo que te ayudará a practicar decirlo”, dijo Glick.
En los 20 años trascurrido desde el 11 de septiembre, 2001, han muerto más militares y veteranos por suicidio que en combate. Un estudio del Watson Institute of International Affairs de la Brown University encontró que más de 30 mil militares en servicio activo y veteranos de guerras después del 11 de septiembre se han quitado la vida, mientras que 7 mil 075 han muerto en combate o en otros ejercicios militares.
En el 2018, el Departamento de Defensa de Estados Unidos solicitó un rastreo anual de suicidios para “aumentar la transparencia y le rendición de cuentas para esfuerzos del Departamento a favor de la prevención del suicidio”, según un resumen ejecutivo del informe más reciente.
El informe del 2021 se está finalizando, pero los reportes trimestrales combinados ofrecen una mirada del año pasado. En el 2021, hubo 328 suicidios entre efectivos militares de servicio activo en el ejército, el cuerpo de marines, la fuerza naval y la fuerza aérea. Las reservas perdieron 190 miembros al suicidio, y 116 soldados de la Guardia Nacional se quitaron la vida el año pasado.
Sentarse a conversar
Los módulos de realidad virtual de Moth + Flame capacitan a efectivos militares, líderes de equipo y comandantes para tener conversaciones con quien que pueda estar pensando suicidarse, con el fin de que el individuo reciba la ayuda que necesita. También hay un módulo para cónyuges. La conversación se activa con la voz del usuario, quien tiene que hablar en voz alta y entablar conversación con una persona afligida.
El entrenamiento de realidad virtual podría ser una herramienta en el esfuerzo general para prevenir los suicidios. La Fuerza Aérea está probando actualmente los módulos. Los cadetes tuvieron la oportunidad de probar el entrenamiento en El Paso después de una sesión de preguntas y respuestas al final de la charla de Glick.
La teniente coronel Dana Bochte, comandante ROTC de la fuerza aérea para la New Mexico State University y la UTEP, encuentra el valor en la experiencia con la realidad virtual.
“Te pones las gafas. Hay una pequeña introducción e ingresas directamente en la escena para enfrentarte con un aviador o un guardián, sabes, alguien que está en la fuerza espacial, quien considera suicidarse”, explicó Bochte.
Como comandante de escuadrón, ella ha visto el escenario virtual desarrollarse en la vida real.
“Bastantes veces, tanto como amiga de compañeros que realmente estaban luchando” como con sus compañeros de equipo que “estuvieron juntos durante un mes entero en Afganistán”, dijo.
Bochte también ha visto como otros se presentan en busca de ayuda, “o bien autoidentificados que se acercaban a mí y dijeron que estaban en problemas, o que llegaban llevados por compañeros de trabajo y amigos”.
La prevención en Fort Bliss
El suicidio afecta todas las ramas de las fuerzas armadas. Pero el más grande, el Ejército, tuvo el mayor número de suicidios el año pasado, con 176 de servicio activo, 45 de reserva y 101 de la Guardia Nacional, según el informe trimestral 2021 más reciente. En el ejército hay 480 mil efectivos de servicio activo.
Fort Bliss no publica el número de suicidios entre sus soldados “como asunto de política”, indica una respuesta a una solicitud por información.
“En cuanto a nuestros efectivos en Fort Bliss que sucumben al suicidio, cada uno de los incidentes es una pérdida trágica que afecta la familia del efectivo y los miembros de su equipo, además de la familia en términos generales de Fort Bliss”, según la respuesta.
En Fort Bliss, la prevención del suicidio es una prioridad a nivel de comandantes.
El mayor general Sean C. Bernabe, comandante principal de misión, de la primera división blindada, en febrero del 2021 lanzó Operation Ironclad para “combatir comportamientos dañinos” enfocándose en tres “temas corrosivos” que incluyen la agresión sexual, el suicidio y comportamientos y actividades extremistas.
Para los 18 mil 193 efectivos militares en Fort Bliss hay una gama de recursos, incluyendo consejeros para la vida de las familias militares, capellanes colocados en cada batallón a nivel de escuadrón y mayor, médicos y programas ambulatorios de la salud del comportamiento; y más recientemente un programa de terapia en grupo “con base en las evidencias”.
“Estamos todos con manos a la obra en cuanto a este tema tan difícil”, dijo teniente coronel Gordon Lyons, jefe de atención médica del comportamiento en Fort Bliss.
“Ese es el objetivo de los servicios de salud del comportamiento en las fuerzas armadas – para hacerte mejor, más fuerte, para tener una fuerza militar más fuertes y que seamos más fuerte como país y nación a partir de eso”, dijo Lyons.
Lyons indicó que sus propias luchas de joven fueron lo que le inspiraron a entrar en el campo de la salud del comportamiento. Describe su rol como “guía de viajes” en vez de “turista” para los soldados que buscan ayuda de salud mental.
Algunos soldados, dijo, pueden estar en mayor riesgo por una combinación de factores. Los soldados que tuvieron niñeces difíciles, que actualmente pasan por problemas con la pareja y que son jóvenes y muchas veces más impulsivos, requieren atención especial si entran en crisis, explicó Lyons.
No obstante, la generación más reciente de soldados jóvenes con frecuencia está más dispuesta a hablar de temas de salud mental, dijo.
“Creo que ellos están liderando el cambio en la sociedad, al ser abiertos y capaces de hablar de temas de salud mental, psicológicos y emocionales para resolver nuestros problemas y como resultado, ser más fuertes como seres humanos”, dijo.
Disipar los mitos sobre quién está en riesgo de suicidio, para incluir a aquellos con carreras militares exitosas, también es crítico.
“Aquellas personas a quienes denominamos ‘hard chargers’ (persona de servicio ejemplar), que realmente están en su mejor punto, logrando hacer las cosas, y que con frecuencia tienen altas expectativas de sí mismas, lo cual puede ser un factor de riesgo, en realidad”, dijo Lyons.
El programa de prevención de suicidios en Fort Bliss ofrece capacitación y educación para crear consciencia a todos los niveles. La capacitación obligatoria se enfoca en el modelo ACE de intervención de suicidios, cuyas siglas significan “Ask, Care, Escort” (Preguntar, Atender, Escoltar)
En marzo, durante una sesión de media hora en el William Beaumont Army Medical Center, el instructor puso énfasis en ACE y guió una conversación con los soldados sobre las barreras contra buscar ayuda para la salud mental, incluyendo el estigma percibido.
“Mientras más lo abordamos, más nos educamos y aprendemos sobre el tema, más siento que nos alejaremos del estigma”, dijo. “Y muestra que somos personas y sufrimos como cualquier otra persona, y que cuando necesitamos ayuda, está bien pedir ayuda”.
Conversaciones que salvan vidas
Actualmente hay más líderes militares que hablan abiertamente de sus propias luchas de salud mental. Glick no tiene recelos en contar sobre sus tratamientos por ansiedad, TEP y depresión.
“Mi primera esposa me pescó con un arma en la boca y después de eso nunca más me lo mencionó”, dijo. “Y ella es un ser humano excelente, una mujer espectacular, en definitiva una buena esposa militar y una buena mamá”.
Años después que se divorciaran, le preguntó por qué no le había preguntado del incidente. Dijo que su exmujer le dijo que no quería alterarlo más.
“Cuando tienes a una persona muy buena que siente que no puede hablar del tema porque no está capacitada, eso me llama la atención. Significa que no estás solo”, dijo.
Su nueva misión es enseñarles a las personas a tener esas conversaciones que salvan vidas.
Glick está en una etapa de recuperación. Encontró la ayuda que necesitaba y se ha vuelto a casar. Quiere que las personas que están en crisis sepan que todo saldrá mejor.
“Mi vida es maravillosa cada instante”, dijo. “Y me parece que hay esperanza”.
***
Este contenido fue producida como parte de Puente News Collaborative, una asociación binacional de organizaciones de noticias en Ciudad Juárez y El Paso, de la que forma parte La Verdad.