Ninguno de los migrantes que permanecen en ese cruce tiene asignado un número de espera, no hay lista donde se les dé su turno. Han pasado conforme se forman. El domingo cruzaron cinco, el lunes otros siete, ayer sumaban 16 los que esperaban en ese punto
Rocío Gallegos
La Verdad
Guadalupe- Arremolinados en la joroba del puente internacional Guadalupe-Tornillo, justo donde se funde el límite fronterizo entre México y Estados Unidos, migrantes cubanos permanecen en espera de cruzar a territorio estadounidense para solicitar asilo político.
‘Acampan’ hasta anochecer en el carril peatonal del cruce, hasta donde agentes migratorios estadounidenses extendieron su presencia para revisar documentos a los fronterizos que ingresan a su país y también para impedir que avance el flujo de migrantes hacia su territorio por ese puerto de entrada.
“Nos dicen que el lugar para cruzar es por El Paso, que nos vayamos a Ciudad Juárez, pero por aquí ya comenzaron a pasar a algunos”, dice Rafael, uno de los migrantes que ayer permanecía en cruce del municipio de Guadalupe, en El Valle, junto a otros 15, entre hombres y mujeres.
El paso de migrantes por ese lugar también fue confirmado por algunos agentes de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) apostados en ese punto.
Se informó que el domingo se permitió el paso a cinco migrantes cubanos y el lunes a otros siete, cruzaron después de la siete de la tarde.
Ayer los que estaban a la espera sumaban 16, pero no tenían la certeza de cruzar porque, les dicen, no tienen capacidad para atenderlos. Además, la operación en el puente tiene un horario restringido, sólo opera de las 6 de la mañana a las 10 de la noche.
Ninguno de ellos tiene asignado un número de espera, no hay lista donde se les dé su turno. Han pasado conforme se forman.
“El lunes casi me toca, pero mientras me volteé por unas cosas se metieron otros y perdí el lugar”, dice Rafael, el único que declara escuetamente sobre su presencia en ese cruce, al que llegaron, asegura, por información encontrada en internet.
Al ver la presencia de la prensa los migrantes se alteraron. Uno de ellos pedía al resto de sus acompañantes que dijeran ser hondureños, pero su acento los delató y acabaron por revelar que provienen de Cuba. Luego pidieron que no se revelara que estaban ahí, porque no quieren que lleguen más migrantes y aumente su tiempo de espera –como dicen ocurre por Ciudad Juárez– o provoquen que las autoridades estadounidenses cierren ese espacio al paso de solicitantes de asilo.
La mayoría se negó a dar entrevistas.
Empleados del puente mencionaron que el grupo de migrantes llegó desde el domingo y que ahí permanecen solo durante el día, por la noche se retiran. Aseguran que algunos se trasladan hasta el gimnasio de Bachilleres en Ciudad Juárez, donde pernoctan para regresar al día siguiente. Otros, se quedan a dormir en la zona.
Cuestionado sobre esta situación, Sergio Madero, director del Fideicomiso de Puentes Fronterizos de Chihuahua, aseguró que solo el domingo se registró la presencia de migrantes en ese puente, que ya no había nadie en el lugar pues ya habían cruzado todos.
Sin embargo, en un recorrido realizado la mañana de ayer por La Verdad se pudo corroborar que el flujo y presencia de migrantes se mantenía por ese cruce internacional, ubicado a unos 50 kilómetros de Ciudad Juárez.
Los hombres y mujeres permanecían a la intemperie, sentados en el piso o recargados en la paredes y barandales del puente, a la espera de que el gobierno estadounidense les abra sus puertas.
Su presencia despertó la preocupación de las autoridades del municipio de Guadalupe, así lo externa el secretario del Ayuntamiento, Jorge Luis Ramos Hernández, porque asegura que no cuentan con infraestructura para darles alojamiento y temen se desaten conatos de violencia por su permanencia en la región.
“No tenemos albergue para recibirlos, ni siquiera un comedor, no tenemos recursos ni capacidad para alojarlos y atenderlos”, dice el funcionario.
Aun así, les han prestado atención a través de Protección Civil y se les puso el servicio de regresarlos a Ciudad Juárez, dice.
También les preocupa la seguridad de los migrantes, agrega, porque el cruce está aislado de la comunidad, en medio de la nada.
Pero, sobre todo, menciona, hay preocupación porque su presencia alteró la dinámica de cruce a los fronterizos, debido a que desde el domingo las autoridades migratorias de Estados Unidos trasladaron a la joroba la revisión de documentos y porque temen se repita el cierre del puente como ocurrió, por un par de horas, el domingo tras el arribo de migrantes.
Estimaciones del Gobierno del Estado indican que actualmente por Ciudad Juárez hay unos mil 500 migrantes en espera de poder cruzar a Estados Unidos, quienes están distribuidos en el gimnasio de Bachilleres, la Casa del Migrante y el albergue el Buen Samaritano. Algunos más se hospedan en hoteles.
El flujo de migrantes en esta región fronteriza se incrementó de manera masiva desde finales de octubre pasado, cuando extranjeros acamparon por días en el puente Paso del Norte.
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