Los cambios en el gabinete estatal realizados por la gobernadora Maru Campos no se dan por motivos electorales; sino más bien, por la evidente ineptitud de algunos de sus más cercanos colaboradores
Por Gerardo Cortinas Murra
Desde el inicio de su gobierno, la ‘vox populi’ le reclamó a Maru Campos la evidente y notoria ineptitud de su equipo de gobierno. Circunstancia que la obligó a recapacitar respecto a la permanencia de algunos de sus colaboradores.
Haciendo valer el dicho popular que reza “más vale tarde que nunca”, Maru ponderó la importancia de velar por el bienestar de los habitantes del Estado ya que no basta “estar cerca de la gente siempre”.
Tengamos presente que en la praxis política la renuncia de un funcionario público refleja, en principio, la pérdida de confianza ante sus superiores; ya sea por la ineptitud demostrada en el ejercicio del cargo conferido o por las diferencias irreconciliables con sus jefes jerárquicos.
En los tiempos del rancio priismo, la renuncia del cargo público se traducía en un castigo político, sobre todo, porque se consideraba que los nombramientos eran otorgados por todo el tiempo que duraba la administración en turno. En aquél entonces, la renuncia se asimilaba al destierro político. Y el castigo por la falta de confianza, se disfrazaba con renuncias ‘por cuestiones personales o de salud’.
En los últimos años, las renuncias a cargos públicos ya no se dan por simple pérdida de confianza. En algunos casos, como el enroque político, el intercambio de cargos públicos es una cuestión meramente coyuntural; es decir, se justifican hasta por simple oportunismo político y/o electoral; de esta manera, el gobernante en turno, ‘reacomoda’ sus piezas del ajedrez político para mejorar su imagen pública y/o una mayor posición electoral sobre sus contrincantes.
Así, la renuncia resulta ser más digna y menos reprochable. El que se va, se va con la frente en alto. Por un lado, reconoce públicamente la confianza recibida; y por otro, se pone a la disposición de sus superiores con la esperanza de una compensación política. O sea, un “gracias… y acomódame en otra plaza”.
El sorpresivo intercambio de funcionarios estales anunciado el día de ayer, no es el único. En la historia política de Chihuahua, existen varios antecedentes de ‘enroques’ políticos. Uno de ellos, en el año 2007, cuando el entonces Gobernador José Reyes Baeza se vio forzado a realizar -por cuestiones electorales- un ‘reacomodo de fuerzas políticas’.
Para justificar esta maniobra política, el entonces Secretario General de Gobierno, Lic. Sergio Granados, declaró que era necesario “fortalecer la política interna y externa de una administración que está a la mitad del camino”.
Sin embargo, estos ‘enroques’ políticos derivaban de los resultados electorales de los comicios de ese año; en los que el PRI perdió la Presidencia Municipal de Chihuahua y cuatro distritos electorales enclavados en este mismo Municipio.
Otro motivo, fue catapultar -dentro de un amplio abanico de futuros candidatos priistas- a personajes identificados con el grupo de allegados al Gobernador para postularse a cargos de elección popular en los comicios locales del 2010.
Hoy en día, los cambios en el Gabinete realizados por la Gobernadora Maru Campos no se dan por motivos electorales; sino más bien, por la evidente ineptitud de algunos de sus más cercanos colaboradores.
En el evento oficial, Maru dio a conocer que el motivo de los ’enroques’ políticos era darle continuidad a “las circunstancias y los objetivos trazados desde el inicio de su administración; por lo que era necesario acelerar el paso, maximizar los esfuerzos y generar estrategias para brindar cada vez mejor atención a la ciudadanía”.
Para Maru, su gobierno “siempre ha tenido la disposición y apertura para escuchar a la gente y a partir de eso, reinventarse y reorganizarse cuando y donde sea necesario para responder de la mejor manera posible”.
Los nuevos nombramientos son del pleno conocimiento de la opinión pública:
1. César Jáuregui Moreno será el nuevo Fiscal General del Estado; previa autorización del Congreso
2. Santiago de la Peña, brinca de la Secretaría Municipal capitalina a la Secretaría General de Gobierno.
3. Mario Vázquez Robles, solicita licencia para ocupar la titularidad de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas
4. La diputada panista Carla Rivas, solicita licencia para ocupar la titularidad de la Secretaría de Desarrollo Humano y Bien Común.
5. Sandra Elena Gutiérrez Fierro deja su cargo en los Servicios Educativos del Estado, para asumir la titularidad de la Secretaría de Educación y Deporte.
A mi parecer, contrariamente a lo aseverado por Maru, es inexacto que la actual Administración Pública estatal sea “un Gobierno eficiente, honesto y de resultados; cercano a la gente a quien nunca se debe dejar de escuchar”.
En efecto, el grave error de Maru es darle continuidad a políticas públicas anacrónicas, que han demostrado no solo ser insuficientes para garantizar el bienestar social de los chihuahuenses; sino además, constituyen un descarado dispendio de recursos públicos.
P.D.
Por este conducto, de manera pública, concedo el beneficio de la duda a los ‘nuevos’ funcionarios públicos.
Recordándoles que, para fomentar un real desarrollo del Estado de Chihuahua, resulta urgente e indispensable generar cambios radicales no solo en la legislación estatal; sino además, en la exigencia de que en el ejercicio de los cargos públicos los servidores públicos realicen, cotidianamente, una conducta ética y profesional.
Ya que de no ser así, seguiremos siendo testigos de un gobierno corrupto por manifiesta ineptitud. Y que, por ello, se fomenta la impunidad, a pesar de las denuncias ciudadanos por la comisión de actos de corrupción oficial.