Cientos de personas migrantes permanecen del otro lado del río, junto al muro metálico instalado por Estados Unidos entre El Paso y Ciudad Juárez, en casas de acampar o refugios improvisados con cobijas colgadas del alambre de púas que ha colocado la Guarda Nacional de Texas; aseguran que por ahí serán recibidos
Por Verónica Martínez / Fotografías: Rey R. Jauregui / La Verdad
Ciudad Juárez– Al pie del muro metálico fronterizo, cientos de personas migrantes comenzaron a congregarse en un campamento improvisado al otro lado del río Bravo, a la espera de entregarse a los agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos a la altura de “la puerta 40”.
La concentración de migrantes se registra en territorio estadounidense, en la víspera del 11 de mayo cuando esta programado el fin del Título 42, la política de salud de Estados Unidos que permite la expulsión rápida de migrantes. Desde esta ciudad se les puede observar sobre el bordo del río Bravo, a la altura de la intersección del bulevar Juan Pablo II y la avenida Francisco Villarreal Torres.
Algunos han colocado casas de acampar y otros improvisan refugios colgando mantas y cobijas del alambre de púas que ha colocado la Guarda Nacional de Texas y del muro metálico fronterizo instalado por Estados Unidos en su frontera con México.
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Hace apenas unos días que agentes de la Patrulla Fronteriza realizaba en esta área procesamientos de migrantes, lo que atrajo la presencia de cientos de personas extranjeras que permanecían en la ciudad o apenas van arribando a la frontera.
Yulieth y Kate, migrantes colombianas mencionan que llegaron a Ciudad Juárez hace ocho días y se han estado hospedando en un hotel. Yulieth dijo que después de estar escuchando rumores de que los estaban recibiendo por ese punto fronterizo decidieron dirigirse a la puerta 40 caminando desde la zona centro.
“Dicen que es la única entrada disponible”, dijo la joven de 20 años. “Ya lo vamos a intentar”.
Ambas jóvenes bajaron por una zanja que las lleva al cause del río que lleva poca corriente y cruzaron la tira de alambres de púas para aproximarse al campamento que se extiende por el bordo.
José Rivera, un migrante de El Salvador, menciona que él ha permanecido en este punto de la frontera desde el domingo con el objetivo de ingresar a Estados Unidos de forma legal.
La tarde de este viernes la zona no contaba con la presencia de agentes de la Patrulla Fronteriza o de la Guardia Nacional Texana, sin embargo una fila de varios metros de distancia se forma al pie del muro. En el lado mexicano se ve transitar una patrulla de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal.
“Ayer vinieron la Patrulla Fronteriza avisándole a la gente que se alistaran, que deshicieran sus casas de campaña y que ya nos iban a poner un orden con un número”, aseguró Rivera agregando que las personas pronto recogieron sus pertenencias y tiraron la comida que tenían.
“Nos formamos pero no pasó nada. Nos engañaron y yo considero que eso fue una falta de respeto”, aseguró el hombre.
Rivera y otros migrantes mencionaron que agentes de la Patrulla Fronteriza llegaron a procesar a personas por este punto de la frontera pero desde este martes han frenado estas entradas.
El migrante salvadoreño, también menciona que en esta área se han dado agresiones y secuestros a personas migrantes por parte de grupos del crimen organizado. Personal de la Oficina de Movilidad Humana ha tenido presencia en esta área durante la semana para monitorear la situación y este viernes llevaron agua y comida.
La coordinadora de esa oficina, Cristina Coronado, menciona que las personas migrantes han reportado la presencia de agresores en esta área.
“Nosotros no sabemos quienes son pero dicen que los están amenazando cuando salen”, dijo Coronado explicando que los migrantes dejan el área de la franja fronteriza para dirigirse a la tienda Del Rio que se encuentra en a poca distancia cruzando el bulevar Juan Pablo II. Ahí se abastecen de agua y comida.
Migrantes también permanecen en el estacionamiento de la tienda Del Río y se les puede ver cruzando continuamente la calle. Algunos suben al bordo fronterizo para ya permanecer en el campamento. Cargan con maletas y cobertores en los que podrán dormir o llevan bolsas de plástico con víveres y garrafones de agua.
Oficialmente, las autoridades migratorias estadounidenses no se han pronunciado sobre este campamento improvisado de migrantes. El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos ha dicho que la frontera permanece cerrada y las personas que crucen después de que finalice el Título 42 estarán sujetas a una ley de inmigración que podría conducir a la deportación. Sin embargo, muchos migrantes han sido recibidos por la Patrulla Fronteriza en puntos no autorizados para ingresar a su país y luego regresados a México o liberados en ciudades como El Paso, Texas, mientras los tribunales escuchan cualquier solicitud de asilo u otro orden de deportación.
Luís Daniel y otros compañeros venezolanos descansan a la sombra del puente vehicular ‘Héroes de la Salud’, sobre el bulevar Juan Pablo II. El grupo se reúne alrededor de una bolsa de plástico en donde llevan tortillas y un guisado de pollo.
El joven de 28 años, proveniente del estado de Táchira, menciona que llevan tres meses en Ciudad Juárez y por dos semanas acuden a este punto de la frontera de forma diaria para estar al pendiente de cualquier oportunidad para cruzar a Estados Unidos.
“Estamos esperando, hay que buscar la manera”, dijo Luis Daniel. “Si tuve ganas de devolverme pero mi misma madre me dice que lo siga intentando”.
Luis Daniel detalla que él ya ha tenido ocho intentos cruzando la frontera pero siempre ha sido retornado a México y ha estado en varias ocasiones en Tijuana, Matamoros y Nogales.
“Yo siempre elijo regresar aquí. Es más tranquilo. Hay menos miedo”, dijo.
El joven menciona que esta esperando tener la oportunidad de volverse a entregar antes de que se suspenda la política migratoria del Título 42. Luis Daniel sabe que como resultado puede ser retornado de nuevo pero tiene la esperanza que en uno de esos intentos logre quedarse en Estados Unidos con la documentación necesaria.
“Yo sé de amigos que ya están allá. Algunos les tome 13 intentos, diez intentos. Yo llevo ocho y no importa. Lo voy a seguir intentando”.
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